El cortisol cumple funciones importantes en el esfuerzo del cuerpo para llevar a cabo sus procesos y mantener el equilibrio. Sin embargo, cuando está crónicamente elevado, el cortisol puede tener graves efectos sobre el peso, la función inmune y el riesgo de enfermedad crónica.
El cortisol es más conocido por su participación en la respuesta de “lucha o huida” y el aumento temporal de la producción de energía, a expensas de procesos que no son necesarios para la supervivencia inmediata.
¿CÓMO FUNCIONA EXACTAMENTE ESA RESPUESTA? DÉJAME EXPLICARTE:
- Supongamos que te enfrentas a una situación estresante, como que te despiden de tu trabajo.
- A raíz de esto se produce en tu cuerpo una cascada hormonal compleja, y tus glándulas suprarrenales segregan cortisol.
- El cortisol prepara tu cuerpo para una respuesta de “lucha o huida”, en otras palabras, para hacer frente a la situación o para huir de ella lo más rápido que se pueda.
Esa preparación consiste en inundar el cuerpo con glucosa, suministrando así una fuente de energía inmediata a los músculos grandes.
- El cortisol inhibe la producción de insulina en un intento de prevenir la acumulación de glucosa, favoreciendo su uso inmediato.
- El cortisol estrecha tus arterias mientras que la epinefrina aumenta la frecuencia cardíaca, esto obliga a la sangre a bombear más y más rápido.
- Resulta que a los pocos días encuentras un nuevo y mejor empleo, solucionando tu problema y eliminando el estrés.
- Entonces, los niveles hormonales vuelven a la normalidad y tú continúas tu feliz vida.
Idealmente, este proceso debería funcionar así cada vez que nos vemos expuestos a situaciones de estrés, el problema es que el estilo de vida agitado y altamente estresante del humano contemporáneo promedio causa que nuestros cuerpos estén bombeando cortisol casi constantemente, lo que puede ocasionar estragos en nuestra salud.
El cortisol se une a muchos otros factores que, mediados por las hormonas y el sistema inmunológico, pueden generar condiciones como:
1-Desequilibrio del azúcar en la sangre y diabetes
Bajo mucho estrés, el cortisol provee al cuerpo de glucosa. Esta energía puede ayudarte a “luchar o huir” del estrés, sin embargo, el cortisol elevado a largo plazo produce de manera consistente glucosa, lo que conduce a un aumento de los niveles de azúcar en la sangre.
Esto a su vez se cree que puede aumentar el riesgo de padecer diabetes tipo 2, si se suma al hecho de que el cortisol debe anular el efecto de la insulina cuando estamos bajo estrés para, como ya te he contado, evitar que esta almacene la glucosa que necesitamos usar como energía para “luchar o huir”. Esto con el tiempo puede causar una resistencia a la insulina.
2-Aumento de peso y obesidad
La elevación constante de cortisol puede conducir al aumento de peso. Una forma es a través del almacenamiento de grasa visceral. El cortisol puede movilizar los triglicéridos de donde se encuentran ubicados y reubicarlos en células de grasa visceral, esto significa que el estrés aumenta considerablemente el aumento de la llamada barriga, la cual no es solo bastante difícil de eliminar, sino que incrementa tu riesgo de enfermedad cardiovascular.
Una segunda forma en la que el cortisol puede estar implicado en el aumento de peso es debido al problema de azúcar en la sangre. Los niveles altos de glucosa en la sangre junto con la supresión de la insulina causan que tus células no puedan obtener la glucosa que necesitan para desarrollarse y funcionar, así que tu cuerpo debe compensar esta insuficiencia enviando señales de hambre a tu cerebro.
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